Alejandro III el Magno. Parte 4: El Hijo de Amón

El joven faraón Tutankamon, de pie, junto al dios Amón.(M. Egipcio de Turín) Amón era la máxima deidad del panteón egipcio, equiparable al Zeus de los griegos, y su sacerdocio ejercía un poder enorme en la vida política y social del antiguo Egipto.  Los faraones se hacían retratar al lado de Amón para dejar claro que su gobierno contaba con la aprobación de los dioses, cabe destacar que el tamaño de la figura de Amón es mayor que la de la representación del mismísimo rey.


De Tiro a Gaza

Egipto era una provincia persa más hasta la llegada de Alejandro. Persia, convertida en super potencia, se había hecho con gran parte del mundo conocido, y Egipto era lo último que le quedaba, así que Alejandro decidió arrebatárselo.

Alejandro y su ejercito partieron de Tiro hacia Egipto pasando por Gaza, un bastión hostil a los macedonios que se encontraba fuertemente defendido.
Como ya había pasado con Tiro, los macedonios usaron a la población para crear un enorme terraplén para superar las murallas de Gaza, después de un duro asedio que duró dos meses, en el que el mismísimo Alejandro fue herido con una flecha en el hombro, la cuidad fue tomada, todos los hombres muertos y las mujeres y los niños se vendieron como esclavos. Si bien era conocida la benevolencia y tolerancia de Alejandro hacia los pueblos que se rendían, también era celebre la crueldad que manifestaba contra las poblaciones rebeldes, con Tiro y Gaza como claros ejemplos.

Dracma de Alejandro Magno. Alejandro sentía una gran fascinación por la civilización egipcia.

Egipto

Como era de esperar todas las ciudades se rindieron ante el paso de Alejandro y su ejercito. Quedaba patente que las gentes temían la superioridad militar de los macedonios, pero también estaban cansados de décadas de dominación Persa.

Por aquel entonces la provincia Persa de Egipto estaba gobernada desde su capital, Menfis, por el sátrapa persa Mazakés. A la llegada de Alejandro a la capital, éste juró lealtad y entregó todos los tesoros a Alejandro. Los Egipcios lo recibieron como un libertador de la tiranía persa, festejaron su llegada y lo nombraron rey de Egipto, otorgándole los títulos de los faraones como Hijo de Ra y Rey del Alto y Bajo Egipto. Alejandro ofreció sacrificios en los templos como de costumbre y fue coronado siguiendo los antiguos rituales egipcios.

El Oráculo de Amón

Tras conquistar Egipto Alejandro solo tenia una cosa en la cabeza: Visitar el Oasis de Siwa. ¿Que hacia tan especial a ese lugar? En el Oasis de Siwa se encontraba el Oráculo de Amón. Este santuario era todavía mas antiguo que el célebre oráculo de Delfos griego, y era un famoso centro de peregrinación de la antigüedad. Así que Alejandro reunió un pequeño ejército y emprendió un viaje de ocho días hacia el Oasis de Siwa.
Cuando Alejandro llegó al templo el sumo sacerdote lo llamó “hijo de Amón” y lo invitó a pasar. Alejandro entró solo y fue conducido a una sala interior donde había una representación del dios Amón. Según algunos historiadores esta figura consistía en una litera con forma de barca de la que colgaban vasijas de oro. Estaba unida a dos palos largos y aguantada por ochenta sacerdotes. Sobre esta litera reposaba una imagen iconográfica del dios Amón consistente en una esfera con ombligo. Los sacerdotes movían la imagen hacia adelante para mostrar aprobación y hacia atrás para mostrar rechazo, movimientos que eran interpretados por el sumo sacerdote que oficiaba la ceremonia.

El dios Amón era representado frecuentemente como un carnero.(Museo Egipcio de Turín) Alejandro Magno y sus sucesores se representaban a menudo en las monedas con cuernos de carnero, atributos del dios Amón.(Tetradracma de Lisímaco)

No sabemos las respuestas que recibió Alejandro durante la celebración de la misma, pero del hecho se desprende el poder político que podían llegar a tener los sacerdotes de Amón en el antiguo Egipto. Al terminar la ceremonia el sacerdote y Alejandro salieron del templo y éste presento al macedonio públicamente como “hijo de Amón”, dejando claro que era el heredero legítimo al trono Egipcio. Esta estrategia beneficiaba tanto a Alejandro como a los sacerdotes de Amón, quienes veían un benefactor en el recién nombrado rey.
Poco después de su visita al Oráculo de Amón Alejandro fundó la que se convertiría en una de las ciudades mas importantes del mundo antiguo y del moderno: Alejandría.

El faraón Ramses II, sentado entre Amón y su esposa Mut.(Museo Egipcio de Turín)