Monedas Griegas: Las monedas de la antigua Rodas

Helios, el dios griego del Sol, en un dracma de la isla de Rodas


En este artículo vamos a hablar sobre las acuñaciones de la  isla de Rodas o Rhodes, cuya particularidad las convierte en dignas de un análisis detenido, tanto por la belleza de sus tipos como por sus características. Si bien es cierto que las monedas acuñadas por cada polis griega por lo general eran muy diferentes entre si y trataban de alcanzar una serie de rasgos identificativos que las desmarcara de las acuñaciones producidas por las ciudades vecinas a la par que competían con ellas, Rodas logra una moneda singular, particularmente bella y realmente útil a nivel propagandístico, tanto por la calidad artística de sus cuños como por la eficiencia de su iconografía.

La Isla de Rodas

La isla de Rodas, en una composición realizada con imágenes extraídas de Google Maps

Rodas forma parte de un archipiélago de doce islas situado en el mar Egeo, frente a la costa sudoccidental de Turquía. Esta región, era conocida en la antigüedad como Caria, de la cual, tanto Rodas como sus hermanas pequeñas formaban parte, siendo su capital Halicarnaso. Rodas tenía un enorme valor estratégico y económico debido a su situación geográfica, en medio de la línea que dividía oriente de occidente, lo que la convertía en un importante enclave comercial. Además rodas era célebre por sus trabajos en bronce, en especial por las esculturas que producía y en ella se encontraban algunos de los mejores artistas de la antigüedad.

Pero si había algo por lo que Rodas era conocida en el mundo antiguo era por su impresionante Coloso.

El Coloso de Rodas

El Coloso de Rodas en un grabado del siglo XIX

Un coloso es una estatua gigantesca, monumental y colosal, de hecho, el famoso Coliseo, cuyo nombre original es Anfiteatro Flavio, recibe este nombre por una estatua colosal de Nerón que se hallaba en sus inmediaciones. Rodas también tenia un coloso, era una estatua inmensa de Helios, el dios Sol, estaba situada muy probablemente a la entrada del puerto y ésta podía verse desde varios kilómetros mar adentro. Tales eran sus características que fue considerada una de las siete maravillas del mundo antiguo, junto a la gran pirámide de Guiza, los jardines colgantes de Babilonia o el faro de Alejandría.

El Coloso de Rodas medía de 32,5 metros de altura y descansaba sobre un pedestal  de mármol blanco de 15 metros. Estaba hecha de laminas de bronce moldeado, formando una carcasa que se sustentaba gracias a un esqueleto interior hecho de hierro. Para darle estabilidad, su parte baja estaba rellena de enormes piedras. La cabeza de Helios, estaba rematada por una gran corona radial recubierta de oro la cual era visible desde muchos kilómetros cuando la alcanzaba el sol. Se cree que el coloso sostenía una enorme antorcha en una de sus manos que a sus veces hacía de faro por las noches, y en la otra mano aguantaba una lanza.

La Estatua de la Libertad, en Liberty Island, al sur de Manhattan, emblema de los Estados Unidos de América, está inspirada en el Coloso de Rodas, de hecho solo mide medio metro mas, aunque descansa sobre un pedestal mayor, también esta hecha de placas de bronce sobre un armazón de acero y estuvo nominada a ser una de las siete maravillas del mundo moderno.

La ejecución del Coloso de Rodas duró doce años, costó 300 talentos (1.800.000 dracmas o denarios) y está atribuida a Cares de Lindos, discípulo del mismísimo Lisipo. Fue encargada por los habitantes de Rodas tras impedir la conquista de su isla a manos de Demetrio I, hijo de Antígonos, rey de Asia Menor y antiguo general de Alejandro Magno. La victoria fue atribuida al dios Helios y con el fin de agasajarlo se le construyó un coloso.

El dios Sol en un antoniniano o doble denario romano. Siglo III d.C

Esta magnífica obra duró tan solo 56 años en pie, ya que en el año 226 a.C fue derribada por un terremoto. El historiador romano Plinio el Viejo nos relata que tan majestuosa era esta obra, que hasta derribada producía una gran admiración en quien la contemplaba y que sus pulgares eran tan grandes que un hombre no podía rodearlos con sus brazos. Nunca llegó a reconstruirse, pese incluso al ofrecimiento de algunos mecenas, ya que un oráculo había advertido de que la estatua debía permanecer en el suelo.

Pese a estar yaciente, el Coloso de Rodas siguió siendo una atracción turística hasta casi mil años después, en el siglo VII d.C, poco antes de que las incursiones árabes lo desguazaran y saquearan sus restos. Aunque hasta nuestros días han llegado las descripciones de historiadores como Polibio y Plinio el Viejo, no tenemos ninguna representación gráfica de la misma, salvo las que aparecen en las monedas. Una vez mas cabe destacar la importancia de la numismática a la hora de aportar datos sobre el aspecto de edificios y monumentos de la antigüedad que no han sobrevivido hasta nuestra época.


Las monedas de Rodas

Reverso de un dracma de Rodas, 175-170 a.C


El elemento más característico de las acuñaciones de Rodas es la Rosa, es apropiado porque esta apreciada flor hace alusión al nombre de la ciudad, es probable que además fuese una planta común en ese territorio y los rodios estuvieran muy familiarizados con ella. La rosa florece al inicio de la primavera, y en la antigüedad esa época del año estaba asociada a los ritos de fertilidad, resurgimiento y renacimiento tan estrechamente ligados al culto solar, en este caso al dios griego Helios, pero también a sus versiones orientales Mitra y Gabal o a la variante romana del mismo, el Soli Invictus.

Este argumento pese a contar con una lógica bastante sólida solo se trataría de una hipótesis, pero lo que si está claro es que la Rosa es el elemento distintivo de las amonedaciones de Rodas y con permiso del Coloso, también el emblema de la ciudad.

El rostro de Helios está presente en todas las monedas de Rodas, como elemento alusivo a su Coloso. Además de ser un icono identificativo del territorio, es un medio de difusión política y propagandística que deja patente que la polis cuenta con el apoyo incondicional de la deidad, hecho que quedó demostrado al derrotar al mismísimo rey de Asia Menor, Demetrio I, hecho que se preocuparon en dejar constatado en cada una de las monedas que produjo Rodas, hecho que perpetuaron acuñando en cada pieza el rostro de su Coloso, mirando de frente, como si de una advertencia para sus vecinos se tratase. 

Tetradracma de Rodas (408-404 a.C) Rostro de Helios mirando de frente y ligeramente inclinado hacia la derecha. En el reverso y en un cuadrado incuso una rosa, bajo el nombre de la ciudad, POΔION, a la derecha un águila posada sobre una roca. Escaso y raro ejemplar


Dracma de Rodas (205-188 a.C) Rostro de Helios mirando de frente ligeramente inclinado a la derecha. Rosa en el reverso, con un capullo surgiendo de su tallo hacia la derecha, a la izquierda un cadúceo y sobre la flor el nombre del magistrado AΡIΣTAKOΣ

Pese a considerarse una acuñación Rodia, este dracma fue acuñado por la liga Tesalia en tiempos de Perseo (175-170 a.C) Presenta la misma iconografía que las piezas anteriores, pero en este caso el monetario o magistrado es Ermias (ΕΡΜΙΑΣ)

V.R.S

Bibliografía:
Polibio - Historias.
Plinio el Viejo - Historia Natural
S. W. Grose - Catalogue of the McClean collection of Greek coins
The British Musseum - SYLLOGE NUMMUMORUM GRAECORUM
David Sear - Greek Coins and Their Values